En estos tiempos que corren se hace interesante reflexionar sobre el concepto budista (que toma ahora el MINDFULNESS) de la IMPERMANENCIA.
Para acercarnos al tema te recomiendo que veas esta interesante y amena conferencia de Ted X Andorra "La naturaleza de la impermanencia" por el lama Thubten Wangchen
Para acercarnos al tema te recomiendo que veas esta interesante y amena conferencia de Ted X Andorra "La naturaleza de la impermanencia" por el lama Thubten Wangchen
Impermanencia, el concepto que cambia tu vida
Aceptar que todo pasará parece sencillo. Sin embargo, en una cotidianidad en la que nos llenamos de apegos, certezas y expectativas, asumir esa idea se convierte en un gran desafío porque implica renunciar al control que tanto nos gusta.
La impermanencia es un concepto clave de diversas religiones y filosofías de vida; tiene un papel central en el budismo y en la práctica de yoga. Básicamente, consiste en saber que lo único seguro es el cambio. La naturaleza nos lo enseña con cada estación, con el día y la noche, con el ciclo de la vida.
Interiorizarlo tiene el poder de liberarnos del sufrimiento. Piensa por un momento cuánto de tu estrés diario se origina en situaciones hipotéticas, cuánta de la frustración que has experimentado resulta de expectativas incumplidas, por ti o por otros, y cuánta de la tristeza que sientes se relaciona con no saber soltar. SEGUIR LEYENDO
Bonita metáfora para hablar de la IMPERMANENCIA DE LAS COSAS "LA TAZA ROTA"
Puedes seguir leyendo para acercarte al tema...
Comprender la impermanencia de todo lo que nos rodea nos-libera
Cuando nos “apegamos” y nos resistimos a aceptar la impermanencia de todo lo que nos rodea… estamos condenados a sufrir de más
Artículo sobre IMPERMANENCIA de Javier Garcia Campayo
En algunas tradiciones orientales como el budismo, se considera que la quintaesencia del universo, lo que impregna todo nuestro mundo, es la impermanencia. Nada perdura, todo se destruye, todo cambia. Es la Ley Universal inevitable. En el budismo se dice que es una de las tres “marcas o sellos” de la existencia y se afirma que “lo único permanente es la impermanencia”. Esto no es ningún acto de fe sino la experiencia cotidiana: ¿Has encontrado algo en este mundo que no sea impermanente? ¿Algo que dure para siempre? ¿Has encontrado una felicidad permanente?
Sobre esta base, los tibetanos distinguen dos tipos de sufrimiento, construyendo una clasificación sobre la que vale la pena reflexionar y entender en toda su profundidad. Los dos tipos de sufrimiento son:
1.- EL EVIDENTE, EL SUFRIMIENTO DE SUFRIR: Es el que conocemos de siempre, lo que tememos que nos ocurra: la muerte de un ser querido, una enfermedad, una catástrofe natural o guerra, la ruina económica o la pérdida de un trabajo, la emigración no deseada. Todos los seres humanos estaríamos de acuerdo en que esto es sufrimiento.
2.- EL SUFRIMIENTO DEL CAMBIO, EL NO EVIDENTE: Es difícil de percibir, y nos repulsa pensar en ello. Todo aquello que tenemos y nos gusta, cuando lo perdamos, lo que algún día ocurrirá inexorablemente por la ley de la impermanencia, constituye la semilla del sufrimiento. Si tenemos una pareja y unos hijos que amamos mucho, si los perdemos por la razón que sea, vamos a sufrir mucho. Lo mismo con una casa preciosa, un trabajo estupendo, una situación económica privilegiada, un gran prestigio social o cualquier otro tema que se nos ocurra. La pérdida de aquello que amamos y nos agrada acarreará sufrimiento.
Para muchas personas esto es una visión negativa y pesimista del mundo. Pero ¿es acaso mentira? El sufrimiento evidente tiene su base en el sufrimiento del cambio: siempre van juntos. Hay una medicina, una solución a este sufrimiento, pero es una estrategia extraña para nosotros, los habitantes de sociedades desarrolladas. Consiste en “no aferrarse a nada”.
¿Cómo se consigue esto? No es algo automático. Teniendo siempre presente la impermanencia, la idea sería poder disfrutar profundamente de lo que tenemos, pero sin aferrarnos a ello. Siendo conscientes de que estamos en este mundo de prestado, teniendo la certeza de que algún día no podremos disfrutar de lo que tenemos hoy. Por esa razón como dice la cita inicial, se valora cada momento de nuestra vida porque es único, porque jamás volverá a repetirse. Por eso agradecemos al universo todo lo bueno que tenemos y que hemos disfrutado en nuestra existencia. ¿Cómo podríamos aburrirnos sabiendo que cada momento de nuestra vida es ÚNICO y no volverá a repetirse?
Hemos hablado al tratar sobre los valores y el sentido de la vida sobre la importancia de conectar con el sentido de nuestra vida. La impermanencia es el antídoto que nos permitirá no aferrarnos y disfrutar en cada momento de todo lo que nos ofrece la vida, sabiendo que solo somos visitantes temporales de este mundo.
(Fuente: Garcia Campayo J. Cómo reducir el sufrimiento con aceptación y mindfulness. Barcelona: Siglantana, 2020)

El concepto de Impermanencia es extraño y lejano para muchos porque la sociedad occidental se asume como indestructible. Afirmamos que las personas son para siempre, que el amor dura, que los planes siempre saldrán bien y que la salud es inquebrantable. Si nos toca pasar por despedidas o perder cosas materiales, creemos que el dolor será eterno y no vemos la salida a los problemas.
Cuando la Señora Impermanencia decide visitarnos para enseñar una lección, la vida se nos cae en pedazos porque no tenemos manera de asimilar todo lo que pasa.
El budismo nos presenta un sistema muy completo y profundo para entender la impermanencia, pero al final se trata más de sentido común que de religión. No hay que pasar miles de horas estudiando si prestamos atención y observamos la vida desarrollarse ante nuestros ojos.
Aquí comparto una serie de acciones que en combinación con una práctica estable de meditación, harán que la impermanencia sea una fuerza de cambio, gozo y aprendizaje.
1. Reconoce que la vida es cambio
Absolutamente todo lo que te rodea y todo lo que eres, cambia. No eres la misma persona que comenzó a leer este artículo porque dentro de ti murieron millones de seres microscópicos y nacieron otros tantos. Tus ideas eran otras hasta antes de leer estas palabras. Han pasado minutos en los que el sol ha avanzado su marcha, la Tierra gira y millones de organismos en el universo han cambiado su bioquímica, masa y posición en el espacio. Tu auto, tu casa, tu ropa; todo se ha hecho un poco más viejo. Ayer eras otra persona, al igual que hace 5 o 10 años.
Sentarte en silencio por unos momentos y observar lo que pasa a tu lado es un gran ejercicio porque se puede ver y sentir cómo las cosas cambian.
Esto aplica también para tus planes y tus objetivos en la vida. No importa qué tan perfecto sea un plan, la vida tiene otros esquemas y agenda. Por lo regular no compaginan con lo que hay en tu imaginación.
No es que no debas tener una ruta planteada para tu vida, es solo que también hay que considerar que la vida te puede cambiar todo en un segundo.
2. Acepta que no eres inmortal (y nadie que ames tampoco)
Pensar en tu propia muerte no es algo con lo que estemos relacionados. De hecho le tenemos miedo a imaginarlo y huimos de la idea.
Pero saber que tienes fecha de caducidad le da sentido a todo lo que haces. Justo porque vas a morir y no sabes cuándo, cada instante que vives es precioso. Cada beso, helado, despertar, sonrisas, trabajo… todo es una joya preciosa que debes agradecer. Sí, aun las cosas que no te gustan.
Vas a morir, es un hecho. Es el final de todas las historias humanas. Entonces, ¿de verdad quieres desperdiciar tiempo en causar daño a los demás? ¿De verdad vas a dedicarte a dar vuelo a la avaricia y deseos? ¿No sería mejor dejar el mundo un mejor lugar y ser gentil con todos los seres?
Aceptar nuestra mortalidad y disfrutar cada segundo nos convierte en personas más sensibles y felices, por más descabellado que suene.
3. Reduce expectativas
Esperar demasiado de los demás y de la vida, es el camino seguro a sufrir. No importa cuán fuerte lo intentes, la vida y las personas jamás llenarán los zapatos imaginarios que has generado.
Conozco una persona cercana a mi (COF COF mi padre COF COF… perdón, es que tengo tos), que crea expectativas de todo y vive con el corazón roto porque nada se le cumple. Hace unos meses, por alguna razón, se inventó la fantasía de que alguien de la radio, amigo suyo, le pediría una entrevista. Pasó un par de semanas acariciando su momento de fama y planeando lo que diría en la transmisión. Al final su amigo no le volvió a llamar, y la entrevista jamás sucedió. Lo que siguió fueron dos semanas amargas en las que el universo no se acomodó a sus planes.
Crear expectativas y vivir de ilusiones y esperanzas es muy peligroso. Es mejor conservar una cabeza fría y mantener la imaginación bajo control.
4. Acepta que nunca has tenido nada bajo control
Justo porque la vida es dinámica y el ser humano es un macaco pretencioso, nunca, NUNCA hemos tenido el control de nada. No controlamos el clima, las placas tectónicas, a las personas, el paso del tiempo y ni siquiera nuestra propia salud.
Lo que tenemos es la fantasía de que somos ultra poderosos y eso nos hace sentir bien. Por ello los cambios nos cuestan tanto trabajo.
No tiene nada de malo hacer planes y diseñar procesos. ¡Está perfecto! Pero siempre hay que recordar que somos nosotros los que se adaptan al flujo de la vida. A la vida no le importan tus planes y no te escucha.
5. Aprende del cambio
Cuando el cambio llega en forma de muerte, desastre o despedida, por lo regular nos descarrilamos como tren a toda velocidad.
Es normal tener dolor y debemos dejar pasar el tiempo para procesar lo que pasa. El problema es que el cambio nos congela y evita que nos movamos. ¿Cuántas personas no conoces que no han podido soltar por años el sufrimiento de la muerte de alguien?
Mantener una mente abierta a las lecciones de la vida hace que el cambio siempre sea positivo, por más difícil que sea la situación.
6. Camina un paso a la vez
Tengo pocos recuerdos de mi abuelo paterno, pero una frase que decía constantemente era: no te comas el mundo a puños porque te atragantas. Visto a la distancia, creo que tenía razón.
Tratar de vivir demasiado rápido, querer ganar/vencer siempre o ser impaciente con los demás; nos llevará a sufrir.
¿Y si sólo vivimos por hoy? ¿Si solo te enfocas en lo que estás haciendo en este momento? Al fin y al cabo este momento ya terminó.
7. Disfruta todo
Tener un auto de lujo, o lo que sea de lujo, nos trae mucho placer. Buscamos siempre pasarla bien y creamos industrias completas para ello.
Pero hay gozo en las cosas simples también, como una simple taza de té, sentir el aire en la piel y la luz naranja del atardecer.
Al mismo tiempo, la tristeza, la separación y la muerte son gozosas en el sentido que nos hacen crecer como personas.
Y de nuevo Sadhguru: nos recuerda que nuestra vida es también IMPERMANENTE y nos debíamos ALEGRAR cada mañana por estar vivos!!!.
Comentarios
Publicar un comentario