¿Para qué sirve preocuparse?, ¿por qué nos preocupamos tanto?, ¿hay momentos donde preocuparse puede ser efectivo?, ¿De qué nos preocupamos más?, ¿qué podemos hacer para preocuparnos menos?, ¿qué función tienen las tareas distractoras?,... de estas preguntas y otras nos ocuparemos en esta entrada.
¿Por qué
nos preocupamos?
La palabra preocupación se define como “una cadena de
pensamientos e imágenes cargados de sensaciones negativas y relativamente
incontrolables”.
Todo el mundo se preocupa de vez en cuando, pero hacerlo en
exceso puede ser perjudicial, ya que nos hace sentir tensión y ansiedad. Las
personas que se preocupan excesivamente son expertas en descubrir posibles
problemas y son ineficaces a la hora de
generar soluciones o respuestas de afrontamiento útiles.
Aunque podríamos decirnos a nosotros/as mismos/as – “no
merece la pena”, ”no lo pienses más”, ”piensa en otra cosa”, “deja de
preocuparte... no tiene sentido... no servirá de nada...” - hay algo que hace
que sea difícil detener esta reacción, ya que el acto de preocuparse puede
resultar útil.
Preocuparse
es útil si nos moviliza, si no es inútil
La preocupación es una respuesta normal ante situaciones que
pueden perturbar nuestra vida. Si el problema es de una importancia
considerable y la preocupación que genera es proporcionada, no solamente no
debemos vivirlo como algo negativo, sino que es un afrontamiento que nos
prepara para actuar adecuadamente ante el problema.
• La preocupación
es útil si nos hace prestar atención. Preocuparse por el tráfico que
encontraremos en el camino no va a hacer que haya menos coches en nuestro trayecto. Pero si procuramos no
viajar en hora punta o en días señalados
evitaremos un atasco. En este caso,
preocuparnos nos ayuda a llegar antes a nuestro destino y evitar largas horas
de caravana.
• La preocupación
es útil, siempre y cuando se convierta en un plan de acción. Por
ejemplo, preocuparnos por un examen o prueba de conducir nos hace practicar a diario y dedicarle un
tiempo al día para garantizar el éxito.
Cuando aprobamos nos sentimos bien y la preocupación desaparece.
• La preocupación es útil si nos ayuda a estar mejor preparados. La preocupación puede ayudarnos a pensar sobre “¿Qué podría hacer si...?”, o “¿qué pasaría si...?”. Preocuparnos de lo que sucedería si alguien entrara en nuestra casa, podría hacer que actuásemos para contratar un sistema de alarma y cerrar la puerta con llave al salir.
SEGUIR LEYENDO.....AQUI
Comentarios
Publicar un comentario