LIBRO “Disparadores:
Cómo cambiar tu conducta para ser la persona que quieras ser” Marshall
Golsmith y Mark Reiter. Ediciones Urano.
Barcelona 2016
Autor artículo sobre el libro: Javier Cantera
Este texto nos plantea estas preguntas poderosas: ¿Por qué
nos cuesta tanto cambiar? ¿Cómo podemos motivar a cambiar? ¿Cómo decidimos en
que debemos cambiar? ¿Cómo logramos que los demás perciban que hemos cambiado?
¿Cómo determinamos que queremos convertirnos en las personas que queremos ser?
Para responderlas, se centra en el concepto de disparador. Un disparador es cualquier estímulo que reconfigura nuestros
pensamientos y acciones. Aparecen de repente y sin que nadie lo espere y,
por tanto, son infinitos y de diferente naturaleza.
¿Por qué no nos convertimos en la persona que queremos ser?
Se plantean dos verdades inmutables en el cambio conductual:
1. El cambio
conductual es algo muy difícil: no hay nada más difícil para los adultos
que cambiar de conducta.
2. Nadie nos puede
hacer cambiar si nosotros no queremos cambiar.
Para cambiar, debes decir que estás cambiando y elegir del
entorno aquellos disparaderos que te ayuden a creerte a ti mismo que puedes
cambiar.
En el entorno hay multitud de ocasiones o circunstancias que
pueden ejercer de disparadores ¿Qué
tenemos que hacer?:
1. Identificar los
disparadores. Un disparador conductual es cualquier estímulo que afecte a
nuestra conducta. Puede ser directo o indirecto, interno o externo, consciente
o inconsciente, previsible o inesperado, alentador o desalentador, beneficioso
o perjudicial.
2. Cómo funcionan los
disparadores. Los autores modifican el esquema clásico de funcionamiento de
un estímulo que te sirve para cambiar. Frente al clásico modelo plantean:
3. Somos grandes
planificadores y precarios ejecutores. Muchas veces lo peor es que tenemos
un plan y ya nos quedamos en la certeza de que hemos conseguido mucho. Pero el
verdadero cambio de conducta necesita de grandes ejecutores y precarios
planificadores. Planificar sí, pero inmediatamente ejecutar para dar realismo y
acción a tu plan, y no encerrarte en el confort de que está todo planificado.
4. Para cambiar hay
que saber predecir el entorno:
a. Anticipación. Hay que ser maestro de la
anticipación y superar la habitual molicie de los momentos menores del día a
día que ocultan lo que va a ocurrir.
b. Elusión. Aprender a no hacer, el éxito
está en observar el disparador y no actuar como lo haces habitualmente sino
educar para cambiar.
c. Adaptación. Si algo no se puede eludir,
lo que hay que hacer es adaptarse. Adaptarte es la principal razón de tu cambio
(a la edad, al mercado, a la empresa, al entorno, etc.)
Por tanto, cambias antes de que te cambien, antes de que
sobreactúes y porque si no te adaptas, no sobrevivirás.
5. La rueda del
cambio. Utilizar un gráfico muy pragmático para motivar el cambio que
incluye el Qué, Cómo y Cuándo cambiar.
Si sabemos utilizar los disparadores para cambiar nuestra
conducta ahora, cómo podemos ayudar a un directivo a conseguir su cambio
conductual. Las principales herramientas
para apoyar a cambiar son:
A. El poder de las
preguntas activas. Hay que formular las preguntas no en pasiva (¿cuán feliz
has sido hoy?) sino en forma activa (¿has hecho todo lo que has podido para ser
feliz?).
B. Preguntas sobre el
compromiso. Preguntas también que incidan en el nivel de compromiso que
implican sus respuestas ¿Qué compromiso has conseguido de felicidad?
C. Preguntas diversas
en acción. La gestión diaria de respuestas a tus preguntas poderosas,
activas y con compromiso deben basarse en acciones responsables.
D. Ayuda a pasar de
planificar a actuar. Para cambiar hay que hacer; no basa con decir que
cambias, sino hacerlo, aunque fracases visiblemente. Sin pasar la “vergüenza”
del cambio no se consigue cambiar.
E. Antes de actuar
tener un retraso reflexivo. Llenarte los pulmones antes de hacer y
rápidamente pensar. Este disparador retardado lo llamo EEAPE y consta de: Estoy
dispuesto En este momento A hacer la inversión necesaria Para lograr una mejora positiva En esta cuestión.
F. No negocies sin estructura.
El coach o asesor de un directivo, además de animarle a actuar y no solo
planificar, también ha de dotarle de estructura para cambiar. De aquí las seis
preguntas que guían a la acción: ¿A dónde
vamos? ¿A dónde vas? ¿Qué va bien? ¿Qué podemos mejorar? ¿Cómo puedo ayudarte?
¿Cómo puedes ayudarme? Con estas seis preguntas le damos estímulo a su
intención de cambiar.
6. La influencia del
desgaste. No hay que llevar hasta la extenuación a los directivos que
quieren cambiar porque puede surgir el problema del ya está bien, no quiero
cambiar porque me paraliza la exigencia o autoexigencia de estar cambiando.
7. El círculo de la
implicación. Hay que estar en la psicología del intento. Intentarlo con
todas tus fuerzas, aunque no lo consigas. Este círculo mágico de la implicación
es que tu conducta de cambio actual se convierta en el determinante de tu
futuro cambio.
El cambio constante
es estar implicado en “querer ser el que
quieres ser”. Este libro representa un gran manual de práctica del cambio
de conducta y es muy apropiada para los coachs que se dedican al proceso de
ayuda al directivo. El saber identificar los disparadores que te sirven de
palanca para producir tu cambio es el inicio de un apoyo efectivo de un coach.
Además, el libro aporta una serie de herramientas como: gráfico de
identificación de disparadores, la rueda del cambio, el EEAPE para reflexionar
previamente al cambio, las preguntas activas y de compromiso y el círculo de la
implicación de enorme utilidad. Para empezar a cambiar no hay nada más útil que
dejarte asesorar por una mirada ajena, externa y experta que te ayude a
conducir tu cambio personal. Vive tu cambio como un cambio de vida.
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